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Vale que mi ácido desoxirribonucleico es de natural fiestero, seguro,

pero a estas alturas del verano seguir con ganas de subirse a los stiletos a la primera de cambio y apuntarse a cualquier plan festivo que aparezca tiene su mérito, ya lo digo así de claro, por mu- cho que pasar medio agosto durmiendo poco, comiendo demasiado y vagueando todo lo que se puede y más no sea como para estar súper orgulloso de uno mismo.

El caso es que tenga la culpa mi ADN o no, fue ver en mi agenda la comida estival de la Peña Casa María y mandar al cuerno la dieta detox de zumos de aloe vera que me recomendó la instagrammer Mavalle Kenko, que seguro que tiene razón y hay que ponerse a purificar el cuerpo ya, pero se ve que yo no encuentro el momento adecuado, porque hoy tengo comida en el Casino de Pontevedra, mañana cena en el Club Náutico de San Vicente y el sábado sardiñada popular en Sanxenxo, todo un clásico del verano en la zona.

Y un domingo pues como que no me parece día de empezar nada serio, la verdad. Como mucho de darle al AlkaSeltzer para aliviar la indigestión y mentalizarse de que el lunes toca detoxificación en toda regla.

Así que mientras no llega la hora detox, yo me entrego con devoción a los festines gastronómicos y las risas entre amigos, una combinación de la que siempre hace gala la peña que preside Xosé Manuel Barreira, y cuya convocatoria se vio este año reducida a la mitad de sus miembros por problemas de agenda.

Eso sí, que no hay ola de calor que pueda con las ganas de comer bien y pasárselo mejor me quedó más que demostrado después de compartir mesa y sobre- mesa en el restaurante del Hotel Sanxenxo con Xesús Palmou, Mari Carmen Cibeira, Rafael López, Pilar Mazón, Elisardo Fernández Villalustre, Ángeles González, Mila Pedreira, Hugo Vázquez Veiga y Rosa Gómez, pandilla divertida donde las haya con la que es imposible aburrirse.

Igual que con Beni Gutiérrez y su mujer, la otorrino Isabel Mínguez, que tienen una agenda de actividades variadas de lo más entretenida, y con los que coincidí en el mismo restaurante del Talaso, acompañados por Carlos Méndez, gerente del equipo de baloncesto Perfumerías Avenida, de Salamanca, y Bibi Lamela, procuradora de los tribu-ales, dándose un homenaje gastronómico en toda regla. Y hacen bien, porque no hay más que verlos para saber que son de los que no engordan ni un gramo, así estuviesen una semana alimentándose a base de bollería y grasas saturadas.

Pura genética. Bueno, y amor al deporte también. Igualito que la actriz Estíbaliz Veiga, alma inquieta donde las haya, que lleva un verano de lo más movidito, y lo mismo la ves playeando en Barreiros, que celebrando el cumpleaños de su compañera Susana Sampedro en Ribeira, haciendo sesión de fotos en Sanxenxo o ensayando pa- ra el Castelo Conta en Culleredo. Lo que le echen y más, que se ve que lo suyo es un contínuo no parar.

Así, recién terminado el rodaje de Quién a hierro mata, de Paco Plaza, con Luis Tosar, Xan Cejudo, María Vázquez e Ismael Martínez, Estíbaliz acaba de cerrar una colaboración con la Secretaría Xeral de Igualdade, que dirige Susana Díaz Abella, para poner en marcha un proyecto conjunto con un monólogo sobre la historia de una adolescente que sufre violencia machista. y que se estrenará el próximo mes de septiembre, justo cuando la actriz comience en Madrid una formación con John Strasberg. Lo dicho, que no para. Y en medio de todo eso, carreras, paddle, bicicleta, natación y lo que buenamente le echen.

Menos deportivo y con un look más formal vi yo ayer al catedrático de Filosofía de la USC Marcelino Agís, presentando como cada año por estas fechas, las jornadas Sanxenxo na historia, organizadas por el Seminario de Estudios Locais y el Foro Galicia Milenio, y que como es costumbre reunirán en la villa estos días a estudiosos en la materia.

Por cierto y hablando de estilismos, vaya puntería vistiéndose la del conselleiro de Educación, Román Rodríguez, y el alcalde Telmo Martín para firmar un convenio sobre los terrenos para la construcción del nuevo CEIP de Vilalonga, ambos con camisas y chaquetas en idénticos tonos azules. Menos mal que uno eligió jeans y el otro chinos beige, porque si no parecería que adelantaban la vuelta al cole vestidos con sus uniformes. aiglesias@elcorreogallego.es

 

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